Y así es como a alguien se le ocurrió preguntarse ¿Si hemos salido del mar y este fue nuestra cuna de nacimiento, tal vez la respuesta a todos nuestros males esté allí?. Ese alguien fue René Quinton, un científico Francés que estudió el agua del mar y halló con asombro que podía curar numerosas enfermedades.
De este investigador existen varios textos científicos que es importante leer, todos ellos pueden ser bajados de la biblioteca nacional de Francia. A continuación copio textualmente de uno de tantas referencias de internet:
“René Quinton abarcó múltiples campos del conocimiento humano. Su formación humanista y científica, le llevó a ser considerado un sabio, y a través de sus muchas obras, incluidas las inéditas, tuvo una máxima constante “Science de la sensibilité”, es decir, aunó lo material y lo espiritual en un todo armónico.
Además de sus estudios en las áreas de la Biología y Fisiología, René Quinton fue filósofo, héroe militar, mecenas y divulgador de la aviación, etc., un entusiasta del Humanismo de su tiempo.
“Frente al mundo físico que obedece a unas leyes estables, el evolucionismo nos había acostumbrado a ver la materia viva como una sustancia plástica modificada por el entorno, adaptándose para sobrevivir a las condiciones variables de la tierra”, describía en uno de sus libros. Sin embargo, en 1897, Quinton formula un principio nuevo que -sin negar la evolución- muestra el objetivo final que persigue la vida en todas sus formas.
Así, descubre que la vida animal aparecida en el mar, pese a las variaciones a lo largo del tiempo, tiende a mantener las condiciones de sus orígenes. En lugar de obedecer pasivamente a la influencia del entorno, la vida resiste a esas modificaciones. Las formas anatómicas cambian para ayudar a mantener la temperatura y la concentración salina del medio marino original.
René Quinton basó su teoría en una premisa universal que constituyó la base de su terapéutica: reconstituir la célula dañada con Agua de Mar.
Al final, el ser vivo –en cualquier lugar de la escala animal en que aparezca- sigue siendo un auténtico acuario marino, cuyas células continúan viviendo en las mismas condiciones acuáticas en las que vivía la célula primitiva. La enfermedad aparece como una alteración de ese medio esencial. Esta formulación, llevó a Quinton a basar su teoría científica en una premisa universal, que constituyó su terapéutica básica: reconstituir la célula dañada utilizando el agua de los océanos, medio vital cuya mineralización sigue idéntica a nuestro medio interno.
Su obra culmina en 1904, cuando publica el libro “L’Eau de Mer, milieu organique” (El Agua de Mar, medio orgánico) que pone sólidos cimientos y demuestra científicamente las virtudes terapéuticas del Agua de Mar. Por ejemplo, descubrió que “toda alteración de la matriz extracelular altera la nutrición celular”.
Tomado de https://www.fundacionrenequinton.org/quinton/
Este siguiente es un documental, basado en evidencias sobre el agua de mar en el que intervienen científicos, médicos e institutos, que han investigado al agua de mar durante largo tiempo y han visto sus increíbles bondades para toda vida sobre el planeta. Insisto en que lo veas de principio a fin para comprender lo que antes no se entendía:
Algunos datos sobre el documental de agua de mar.
René Quintón fue un investigador Francés, precursor del estudio de agua de mar en la salud humana.
Maria Teresa Ilari, médico, Directora de la Clínica Santo Domingo - Managua – Nicaragua
Rosa Quintanilla, médico, docente de Fisiología de la UNAN. Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua – UNAN
Doctor Ángel Gracia, español, investigador. Uno de los baluartes de la difusión del uso de agua de mar y una de las personas que más sabe sobre el tema.
Hipertónica es el agua de mar tal cual (35 gr de sales/ L) e Isotónica, agua de mar diluida 1 de agua de mar por 3 de agua dulce (9 gr/ L).
El experimento de glóbulos blancos que sobreviven en agua de mar, es reproducido por el doctor Wilmer Soler de la facultad de medicina de la Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia
El experimento de reemplazar la sangre de un perro por agua de mar, lo realizaron en la universidad La Laguna de Tenerife, Islas Canaria, España, 1974 por el Doctor Ángel Gracia.